Viejos amigos, viejos caminos


Tres amigos y un paseo por los viejos caminos.

Después de mucho tiempo sin juntarnos, por fin coincidimos los tres de siempre, los amigos de toda la vida, compañeros de caza y de mil historias.

Ya no somos los jóvenes de antes, aquellos muchachos que corrían tras las perdices con las escopetas al hombro y el corazón lleno de ilusiones, eso está claro, pero seguimos con las mismas ganas de reírnos, de hablar de todo un poco, de recordar viejas historias. 

Hoy el tiempo ha dejado su huella en cada uno: uno acaba de pasar por el taller y dice que ahora se encuentra mejor, que es capaz de seguir a un bando de perdices; otro, viudo, presume con razón de sus dos nietos que le tienen loco de contento, sobre todo del nieto que tiene toda la pinta de ser otro buen cazador; y yo, soltero por vocación, afronto mis achaques propios de la edad con humor, porque al final la vida —como la caza —se disfruta mejor con buena compañía.
Qué fotografía tan entrañable. Espero veros juntos muchos años más.

Amigos de la infancia. ¿Recuerdas cuando íbamos a nidos? “Ja, ja, ja”

Otra fotografía entrañable para el recuerdo.

Hoy martes catorce de octubre, nos dimos juntos un paseo por el campo de Navatejera, nuestro campo de toda la vida, sin prisas, respirando el aire limpio, recordando días memorables de caza: los perros, los almuerzos al sol y las carcajadas. Hoy no éramos tres cazadores, sino tres amigos agradecidos de seguir juntos, respirando el mismo aire y recorriendo los mismos caminos que tantas veces nos vio crecer y hacernos mayores.

Ya no corremos tras las perdices, pero seguimos persiguiendo los buenos momentos. Y hoy, sin duda, fue uno de ellos.

Qué tiempos, aquellos, ¡verdad! Y que bien lo pasamos juntos.

Un pequeño descanso en uno de los lugares más hermosos del campo de Navatejera, La Fontanilla. Al fondo limpiando la fuente de las hojas caídas propias de esta época otoñal.


¡Vaya pareja!

Hasta pronto. 😂😂😂

Refrescando las resecas gargantas después de una tarde de paseo por el campo de Navatejera. 

Recogiendo los desperdicios del mirador de Isidro.


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